La agricultura es uno de los aspectos más importantes y esenciales del desarrollo económico y el sustento de cualquier país. Aunque puede aportar grandes recompensas, también conlleva un alto grado de incertidumbre y riesgo. La imprevisibilidad de las condiciones meteorológicas, los precios de las cosechas, las plagas y enfermedades y otros factores pueden provocar pérdidas a gran escala, tanto en términos de producción como de ingresos.
Para mitigar los riesgos asociados a la agricultura, los seguros agricolas han demostrado ser una herramienta vital para los agricultores. Este tipo de seguro cubre una amplia gama de riesgos, desde catástrofes naturales como inundaciones o granizo, hasta enfermedades y plagas específicas, pasando por pérdidas debidas al mal tiempo o a la escasa fertilidad del suelo. Puede ayudar a los agricultores a compensar algunos de los costes asociados al suministro de productos de calidad a los consumidores, además de ayudarles a mantener la productividad agrícola a largo plazo.
El seguro agrícola está diseñado para proporcionar a los agricultores protección financiera contra las pérdidas de cosechas debidas a circunstancias inesperadas, como sequías o inundaciones. Con este tipo de seguro, los agricultores pueden pagar una prima menor por adelantado y, a cambio, recibir una indemnización por las pérdidas de cultivos que puedan producirse como consecuencia de acontecimientos imprevistos. Esto es especialmente beneficioso para las explotaciones agrícolas más pequeñas, ya que el seguro les permitirá mantener su actividad en caso de que una gran calamidad suponga un gran golpe financiero.
El Seguro Agrícola de MAPFRE (MAPFRE) es uno de los proveedores de seguros agrarios más conocidos del mercado. Este seguro en particular cubre una amplia gama de cultivos, tanto en el ciclo de primavera-verano como en el de otoño-invierno, proporcionando protección frente a una serie de riesgos como el incendio, el pedrisco, la sequía y las inundaciones, entre otros. Además, MAPFRE también ofrece seguros paramétricos, que cubren las actividades relacionadas con la agricultura y se controlan a través de una red de estaciones climáticas que comunican datos en tiempo real sobre precipitaciones o temperaturas.
El seguro Agrario Combinado de MAPFRE también se centra en la protección de las explotaciones agrícolas, cubriendo una amplia gama de riesgos potenciales, como incendios, explosiones y caída de rayos. Además, este seguro también puede adaptarse a las necesidades de cada agricultor, lo que permite flexibilidad en la cobertura y la protección financiera.
Además de los seguros, hay muchas otras formas de que los agricultores se preparen mejor para los posibles riesgos asociados a sus explotaciones. Los agricultores deben identificar los riesgos potenciales a los que pueden enfrentarse y planificar en consecuencia. Por ejemplo, pueden implantar registros en la producción de cultivos, como llevar un libro de registro del productor, y buscar productos para la protección de los cultivos (por ejemplo, insecticidas, fungicidas y herbicidas). Además, pueden contratar un seguro agrícola con cobertura climática para obtener una mayor protección.
En definitiva, el seguro agrícola puede ser una valiosa herramienta para que los agricultores mitiguen los riesgos asociados a sus operaciones y aseguren su futuro. Al proporcionar protección financiera, permite a los agricultores seguir en activo incluso después de pérdidas importantes y les da tranquilidad en caso de circunstancias imprevisibles. A través de un proveedor como MAPFRE, los agricultores pueden encontrar una póliza de seguro que se adapte a sus necesidades, dándoles la seguridad necesaria para centrarse en producir productos de calidad y cuidar de sus tierras y animales.
Licenciado en Administración y Dirección de Empresas (LADE) por la Universidad de Huelva (1998-2003), y con amplia experiencia en sector financiero, Banca comercial ocupando puestos de responsabilidad.
